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sábado, 10 de diciembre de 2022

El valor de la amistad.

 

Mítica serie de televisión basada en la amistad.

Nuevamente publico un nuevo artículo en mi blog, esta semana deseo hablarles sobre la amistad, su valor y vigencia en estos tiempos tan difíciles de la vida moderna.

¿Qué es la amistad?

Según he investigado, se define como: una relación afectiva entre dos o más individuos que se sustenta en valores fundamentales como el aprecio, la lealtad, la solidaridad, la incondicionalidad, la sinceridad y el compromiso. Es un tipo de vínculo que se cultiva con el trato asiduo y el interés recíproco a lo largo del tiempo. La amistad puede surgir entre personas de distintas edades, religiones, ideologías, culturas, extracción social, etc, aún cuando algunos insistan que deben existir factores de personalidad, costumbres y cultura comunes.

Podemos incluso decir que esta definición se puede extender a un animal, como el caso de nuestro mejor amigo, el perro.

Amigos.

 

¿Cuál es su importancia?

Los humanos somos seres sociales por naturaleza, incluso, el mundo, esta vida, pareciera estar diseñada para obligarnos a cooperar entre nosotros, convivir y apoyarnos, a esto le debemos el hecho de que el hombre, siendo uno de los seres vivos más débiles del planeta, se encuentre en la cima de la escala evolutiva, su inteligencia lo ha llevado a entender que no puede sobrevivir solo, necesita compañeros, aliados y ese vínculo que sirve en las buenas y las malas, se llama amistad.

Best friends.

 

¿Existe la amistad verdadera?

Esto es la pregunta que muchos se hacen y que algunos ya dan por perdida. He aquí el talón de Aquiles de todos nuestros problemas, en este mundo cada vez más complejo, en donde se rinde culto al individualismo y nuestros niños crecen solos, sin contacto humano, encerrados en sus habitaciones con un Smartphone en sus manos, la amistad es un tesoro en peligro de extinción. Atrás quedaron los juegos de pelota en la calle, la tarde con los vecinos en bicicleta, el parque y los juegos en grupo, en donde aprendimos a temprana edad a conformar equipos, aliados y alcanzar nuestras metas unidos.

Siempre recuerdo un viaje que hice en bicicleta a mis quince años, éramos tres, Franco, Roberto y yo, nos dimos una escapada desde Los Corales hasta Los Caracas, en La Guaira, Venezuela, para quienes me leen desde otros países, esto es una distancia de unos treinta y tres kilómetros, aproximadamente unas cuatro o cinco horas en bicicleta. Ya de regreso, a punto de comenzar a subir la avenida principal de Los Corales, la cual tiene una buena pendiente, se me partió un tornillo en el pedal, lo cual me obligó a bajarme y decirles que siguieran sin mí. Ellos sin dudarlo por un instante me dijeron que continuarían conmigo caminando y llevando sus bicicletas de la mano, que no me dejarían solo. Eso es la amistad, en su forma más pura y auténtica.

Sobre estas líneas me van a decir, Manuel, la amistad en la infancia y adolescencia es la más pura, luego todo se transforma.

¿Qué ocurre luego?

Es muy sencillo de analizar, las personas luego hacen vida sentimental, se casan, forman una familia, estudian distintas carreras, ejercen distintos oficios y surgen con todo esto, nuevas relaciones.

¿Entre tu madre y un amigo?: tu madre.

¿Entre tu hermano y un amigo?: tu hermano.

Pues luego pasa algo similar, tienes esposo, esposa, pareja, compañero o compañera de vida, un nuevo proyecto de vida y hasta llegan los hijos.

¿Entre tu pareja y un amigo?: tu pareja.

¿Entre un hijo y un amigo?: tu hijo.

No es difícil responder esas preguntas y es lógico que aquel amigo tuyo de la infancia, la adolescencia y hasta de tus primeros años soltero, ahora tenga su vida, sus metas, intereses y todo eso no implica que ha dejado de tenerte aprecio y consideración. Todo esto en el escenario “normal” o al menos al que venimos acostumbrados los de mi generación, ya que para estos jóvenes criados con Smartphone, las cosas van muy distintas.

¿Vamos bien o vamos mal?

Vamos mal y si no corregimos, cada día iremos peor, el individualismo va en aumento, se vuelve “normalidad” y la cooperación entre los seres humanos se extingue lentamente, es necesario rescatar la amistad como valor fundamental para la sostenibilidad de nuestras sociedades futuras.

Las redes sociales son un espejismo, hay quienes tienen miles de "amigos" y en realidad ninguno.

Como en artículos anteriores, este fue inspirado en uno de los capítulos de la novela que estoy escribiendo, claro, esa historia va más allá, tanto que la amistad puede salvar o su ausencia hacer que se pierda un alma para siempre. Nos vemos aquí en mi próximo artículo, si te gustan, compártelos con tus amigos y en tus redes sociales.

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Asesorias

domingo, 31 de julio de 2022

El gran sueño americano para los venezolanos.

El sueño Americano

 

Para cualquier venezolano en la actualidad es difícil dejar de pensar en la migración, sea porque tiene familiares o amigos que lo hicieron o que le llegan ráfagas de pensamientos con la idea de salir del país. Como estudioso de la historia y costumbres del pueblo que me vio nacer, yo diría que cada venezolano nace con esa información migratoria incrustada en alguna parte de su ADN, lo cual no es extraño, ya que TODOS somos extranjeros en nuestra propia tierra. Venezuela no creció con su población autóctona, lo hizo tras intensas oleadas de migrantes que la fueron poblando desde tiempos de la conquista y colonización Americana. De tal manera, si las tendencias de comportamiento y personalidad se heredan, como lo dejó plasmado Francisco Herrera Duque en su obra y tesis doctoral “Viajeros de Indias”, la migración es algo que llevamos intrínseco quienes habitamos esta Tierra de Gracia.

En otras épocas quienes migraron lo hicieron buscando una mejor calidad de vida, aprovechando el desarrollo económico y social de sus países de destino o quizás las oportunidades de obtener reconocimiento. De esta forma migraron hasta los más ilustres venezolanos, políticos, empresarios y científicos, todos buscando un país donde vivir con tranquilidad, seguridad ciudadana, leyes justas, jueces imparciales, policías honestos y ciudadanos bien educados.

La nobleza europea

 

En tiempos de la colonia y hasta finales del siglo XIX, el sueño migratorio estaba en Europa, donde aun muchos soñaban con vivir la experiencia de la gente noble, con una casa estilo palacio, sirvientes, carruajes elegantes tirados por caballos finos y ¿por qué no?, un título nobiliario así sea comprado. Muy pronto quienes huyeron de Venezuela con el fruto de su trabajo y negocios sin importar o ahondar en los orígenes bien o mal habidos, se dieron cuenta que el dinero no puede comprar la clase social, ese estigma del apellido y sus orígenes se mantiene vivo en los más altos círculos europeos, como mejor ejemplo de ello vemos el caso del romance entre Lady Diana y Dodi Al-Falled, a quien jamás aceptaron en los círculos reales por más dinero que tenía.

Lady Diana y Dodi

 

Muy pronto el venezolano con dinero se dio cuenta que Europa no era el mejor destino, existiendo una tierra llena de oportunidades y supuestas igualdades tan cerca como el propio continente: América del norte. La migración Americana podemos decir que se acentuó con el famoso boom petrolero a mediados del siglo XX, Venezuela exportaba millones de barriles a los Estados Unidos y de allá regresaban convertidos en electrodomésticos, muebles, ropa, vehículos y hasta películas. La gran invasión anglosajona llego de manera silente, inyectando en nuestras venas las ansias de vivir como el Mayor Nelson de mi bella genio, el esposo de hechizada o cualquier familia salida de las pantallas en series o películas. Dicho sea de paso, allí todo se ve hermoso, no hay ladrones impunes, matones de barrio, rufianes en las escuelas, huecos en las calles, inflación, deudas impagables ni mucho menos calamidades naturales. Aquellas películas que nos muestran un tornado, una pandilla de barrio, asaltantes bancarios o gente viviendo en las calles las imaginamos como de “ficción”, como cosas aisladas y muy efímeras en una tierra donde se vive como en el Edén.

¿Qué pasa en la actualidad con los venezolanos que migran, por qué hay quienes se regresan?

Esto ya es un tema profundo y cada quien lo hace por diferentes razones, siendo la principal no haber conseguido la tan esperada estabilidad económica, lo cual no es extraño y sobre estas líneas les comento que días atrás uno de mis mejores amigos me dijo: llevo dieciocho años viviendo en Florida y en este momento es que te puedo decir que he comenzado a sentirme algo estable. Palabras fuertes, más aun cuando tiene empresa propia, prospera y reconocida, estabilidad que le llega no por un “golpe de suerte”, le llega por sus títulos universitarios en economía, dominio del idioma desde niño y muchos años de experiencia en el mercado de capitales.

¿Qué pasa con otros?

Al principio todo se ve fácil y bello, luego de superar el hito inicial de tener un papel para poder trabajar, parece tarea sencilla todo, muchos comienzan por alquilar apartamento, lo hacen buscando uno de similar estatus a lo que dejaron atrás en Venezuela, donde quizás vivían en zonas de clase media alta, por lo general alquilan en condominios con piscina, áreas comunes llenas de facilidades, y terminan pagando una renta mensual elevada. Compran un buen carro a crédito, muebles a crédito, electrodomésticos a crédito y todo lo van sumando a deudas que aparentan ser fáciles de pagar. Hasta la tarjeta de crédito resulta ser una trampa, algo de lo que ya perdimos costumbre en Venezuela desde que dejaron de funcionar, con su crédito rotativo que jamás termina de pagarse y parece seguir creciendo.

Planes de crédito

 

Resulta que el sistema Americano allá en el norte, parece estar diseñado para vivir endeudado y trabajar toda la vida, al menos hasta que el cuerpo aguante y se tenga fuerzas para ello. No se trabaja por gusto ni por placer, se trabaja por necesidad, para no ser desalojados de la casa, perder el auto o dejar de comer. Se trabaja de sol a sol, de día y de noche, venezolanos que vivían como príncipes ahora trabajan de madrugada armando cajas de pedidos en Amazon, algunos duermen solo tres o cuatro horas diarias, eso sí, siempre hay tiempo para una foto tipo selfie en Starbuks o en algún parque para exhibirla en las redes sociales y darle impresión de bienestar a quienes siguen en Venezuela pensando irse.

Venezuela no se arregló, al menos no a la presente fecha, 31 de julio del 2022, su economía sigue detenida, no hay fuentes de empleo, las que hay no dan un salario que permita vivir y sobrevivir, la inflación continúa, sigue existiendo la inseguridad en todos sus ámbitos y no se ve la luz al final del túnel. Para sobrevivir en Venezuela si no estás “enchufado” y “repartiendo”, si eres una persona “normal”, debes tener varias fuentes de ingresos, un mes de mercado, de comida para un hogar de cuatro personas esta cerca de los ochocientos dólares.

Los casinos: imagen de una economía ficticia

 

¿Me voy, me quedo o me regreso?

Grandes interrogantes, emigrar significa comenzar de cero, vivir trabajando hasta la muerte y olvidarse de los días feriados, nada de vacaciones, puentes, días libres ni cervezas con los panas todos los viernes. Aquí en Venezuela con dos trabajos y dos o tres negocios informales, puedes vivir aceptablemente, fines de semana libres, viajes a la playa, cine, cervezas con los panas los viernes y hasta vacaciones en Margarita si sabes planificarte, el asunto es no quedarse dormido, el gran negocio de hoy, puede ser un fracaso mañana, la economía es inestable y cambiante.

Ya para finalizar deseo expresar que este artículo no pretende ser una crítica hacia los que migraron (soy hijo de migrantes), como dijo el propio Simón Rodríguez, maestro del Libertador “nadie nace como los árboles que debe vivir y morir en el mismo sitio”. El artículo no logrará nunca abarcar todas las individualidades que llevan a migrar o a quedarse en el país, solo deseo dejar una reflexión: si tienes techo propio, carro propio, comida en la nevera, no tienes deudas que te agobien y tienes los fines de semana libres… antes de inventar, piénsalo bien, migrar no es un asunto de moda, se arriesga mucho, quizás demasiado, intenta mejorar tus ingresos antes de aventurarte a lo desconocido.

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domingo, 24 de abril de 2022

La nueva realidad ha llegado.


            Tenía tiempo sin escribir en mi blog, pienso que entre en una suerte de letargo, a dos años de la pandemia por el COVID-19, el tiempo de cuarentena, encierro voluntario y salidas necesarias para comprar alimentos o continuar la vida en mi hogar, me fue sumergiendo en una especie de “sopor”, más que resiliencia y costumbre o adaptación, pienso que un sueño extraño, donde todos los días son iguales y la rutina autoimpuesta se apodera de ti. Ya gracias al imperativo de clases presenciales para mis hijas comienzo a ver aquello que tanto mencionamos, la “nueva realidad”.

 

            Algunos que me leen y sobre estas líneas pueden llegar a pensar que esa nueva realidad de la que estoy escribiendo no es tal cosa, que es lo mismo de antes pero ahora con un ingrediente más agregado, el COVID-19. Pues no, con el tiempo necesario para pensar y filosofar, me percato de que estamos ante una situación distinta, tal como el cuento del rio, del que tanto hablan algunos filósofos, ¿cuál es ese cuento?: si nos paramos a la orilla de un rio hoy y regresamos dentro de un mes, nos detenemos en el mismo lugar y lo observamos, estamos viendo dos ríos distintos. El agua que pasa frente a nosotros nunca es la misma, contiene otros sedimentos, peces, plantas y su caudal varía, es otra la fuerza del agua, el volumen, el cauce y la dirección de sus corrientes.

 

            Ese río que he mencionado, somos cada uno de nosotros, el largo período de la pandemia nos ha marcado, aún sin saberlo, hemos sufrido aislamiento, tristezas, presiones diversas, la partida de conocidos, amigos y hasta seres queridos, muchos nos hemos reinventado, hemos creado nuevas formas de ingreso con trabajo desde la casa y ventas por internet, nuestro “ser social” ha cambiado de costumbres en cuanto a la frecuencia de contacto con nuestro entorno y lo más importante, hemos cambiado nosotros internamente, aunque no seamos capaces de percibirlo. ¿Somos mejores que antes?, pues en esencia no, es algo lógico, las personas de corazón oscuro siguen igual, la pandemia no era un castigo específico para ellos, simplemente ha sido algo externo, fortuito y que no se generó de su comportamiento, así que ellos no sienten necesidad de cambiar, prueba de ello la vemos en Ucrania, en los recientes tiroteos en USA, las pandillas violentas en América Latina y en diferentes regiones del planeta.

 

            ¿Entonces qué ha pasado?, ¿Qué podemos sacar de provecho?

 

            Sencillamente apreciar el valor de la vida y alejarnos del materialismo en sus expresiones más radicales. Si algo nos enseñó la pandemia es que los bienes materiales y la acumulación de dinero no sirven de nada, eso solo nos convierte en las personas más ricas en el cementerio, sin llegar a garantizar que te recuerden con cariño, te hagan misas u oficios religiosos y respeten o valoren los bienes que dejas a tus deudos, esto último lo escribo recordando varios conocidos que partieron del mundo terrenal debido a la pandemia y dejaron bienes de fortuna, varios de ellos en vehículos sencillos pudiendo tener de lujo, sin viajes ostentosos pudiendo permitirse vacaciones en otros países, ahora, sus hijos que crecieron sin apreciar el valor del dinero y lo que cuesta ganarlo, no esperan siquiera una semana para comprar un carro deportivo de lujo y viajar por el mundo en hoteles de 5 estrellas, una vida de trabajo de sus padres se la van a gozar en dos años o a lo mucho cinco. Ese dinero acumulado no sirvió para salvar de la muerte a nadie, ni pagando los mejores centros de salud, ni los mejores médicos, ricos y famosos mueren por igual ante los embates del destino.

 

            La nueva realidad, parece la misma si no logras procesar e internalizar los mensajes que te da la vida, necesitarías mil vidas como dicen los budistas, para lograr aprender y lograr el cambio necesario en tu espíritu, que por cierto es lo único que nos llevamos de este mundo, nada es nuestro, todo es prestado mientras estamos en este plano terrenal. En esta nueva realidad, que solo es igual para el que vive, come, duerme y respira sin pensar, es necesario que abordemos el nuevo camino con otra visión, sin esperar que los demás cambien, esta es tu vida, mi vida y la de cada uno, enfoquémonos en observar y percibir nuestros cambios, en elevar nuestro nivel espiritual y dejar una huella positiva a nuestro paso, sin esperar nada a cambio, más que la satisfacción personal.

 

            La “nueva realidad” ha llegado, enfrentémosla con optimismo y espiritualidad. 

 

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