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| Central hidroelectrica El Gury, Venezuela. |
Por estos días
muchos con asombro en otros países se preguntan cómo es posible que un país en
pleno siglo XXI se quede sin energía eléctrica, en honor a la verdad debo
reconocer que muchos en Venezuela estamos atónitos ante tal problema, no es
algo sencillo de explicar, pero si el presente artículo sirve a otros para
tomar medidas previsivas, lo intentare con mucho gusto. Comenzare por donde
todo se inicia, el proyecto y diseño de un sistema eléctrico, voy a explicarlo
en las palabras más sencillas que pueda para que cualquiera de mis visitantes
en el blog puedan comprenderlo fácilmente.
Cuando te
decides a instalar una red eléctrica lo primero que debes tener en cuenta es la
cantidad de usuarios (la demanda) que vas a tener, incluso, tratándose de una nación,
debes tomar en cuenta una tasa de crecimiento de la población que cada año
ingresara nuevos usuarios al sistema e incrementara de forma exponencial la
demanda, estos cálculos por lo general se realizan a veinte años con el fin de
contar con suficiente tiempo para elaborar nuevos proyectos de ampliación y la
correspondiente inversión que requiere, en el caso de un país hablamos de
millones de dólares. Si a lo largo del tiempo no se evalúa el comportamiento
del sistema, el desgaste de los equipos generadores (cada vez entregaran menos energía
por envejecimiento), el censo de la población, la tasa de aumento y se prevén
los recursos para las nuevas inversiones, a futuro tendremos problemas, existirá
más demanda que generación y el sistema o esa gran maya eléctrica se volverá inestable
de mantener.
Ya hasta
este momento tenemos ciertos detalles esenciales, luego viene la escogencia de
los equipos que usaremos, muchos sabemos que existen grandes empresas
(transnacionales) que fabrican los equipos, estamos hablando de equipos
generadores muy grandes, de millones de vatios de potencia eléctrica, capaces
de iluminar ciudades, estados o gran parte de un territorio, son pocas las
empresas que cuentan con dicha tecnología y patentes de fabricación, ese
proveedor debe ser confiable, en el sentido de que pase lo que pase mantenga la
disposición de vender los equipos que se requieren.
Finalmente en
este vuelo superficial del problema eléctrico viene el mantenimiento, la reposición
de equipos menores como fusibles, transformadores, guayas, torres, postes,
cables y demás materiales con mayor frecuencia de reemplazo, debiendo tomar en
cuenta los tiempos de reposición y existencia en inventarios para los patios de
talleres.
Entonces ¿Que
está ocurriendo en Venezuela?, todas las variables anteriormente descritas han
fallado, primeramente somos un país bloqueado por una potencia extranjera que
llamo a todos sus aliados a no vender productos a nuestro país, en ese llamado
entraron casi desde el principio las grandes empresas transnacionales que suplían
estos equipos eléctricos, muchos de ellos con patentes autorizadas por la
potencia en cuestión que llamo al bloqueo, con el tiempo los equipos existentes
fueron presentando un envejecimiento natural por uso que no logro ser reemplazado,
sustituido o mantenido correctamente según los estándares técnicos del
fabricante. Luego en la línea del tiempo se dejo de prever la tasa de
crecimiento natural de la población con el adicional de permitir una migración indiscriminada
de países vecinos con problemas sociales profundos como la guerrilla, el narcotráfico
y la violencia social en todas sus formas, más de seis millones de personas
ingresaron a nuestro territorio desplazadas sumándose a la demanda de
electricidad en forma descontrolada en zonas urbanas plagadas de viviendas
artesanales llamadas ranchos con tomas clandestinas o no autorizadas de
electricidad.
Finalmente debemos
reconocer que con las primeras emergencias o muestras de inestabilidad del
sistema, el gobierno adquirió una serie de generadores a ser distribuidos a lo
largo del territorio, en esta ocasión se presento el cáncer de la corrupción en
proyectos que nunca se concretaron y la improvisación de cumplir con un plan de
trabajo sin realizar cálculos adecuados y proyectos viables, sumándose lo que
pudo ser parte de la solución a convertirse en parte del problema.
Para
finalizar recuerdo un libro que tuve en mis manos hace años, se titula “Confesiones
de un gánster económico” de Jhon Perkins, bastante lo recomendé a amigos y
compañeros de trabajo, algunos dijeron que veía muchas películas de Hollywood, yo
creo que en estos momentos deben estarse acordando de mis palabras, ya tenemos
el problema encima, solo espero que en esta ocasión prive la sensatez y no las
decisiones hormonales que tan caras y dañinas han sido en el pasado.
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