domingo, 22 de octubre de 2017

EL PISO DE MAIQUETIA (INMIGRANTES Y MIGRANTES)

 
Hace más de 60 años llegó a esta tierra de gracia mi familia, se vinieron de España, allá se vivía una gran recesión, la guerra había dejado unas secuelas muy profundas en todos los ámbitos, la economía, los servicios, la sociedad, las familias, la verdad crecí escuchando cuentos y anécdotas muy fuertes de lo que vivieron en esa época tan dura, finalmente, decidieron migrar de su patria, salir a buscar nuevas oportunidades y aquí en Venezuela se les ofrecía muchas cosas.
Los comienzos fueron muy duros, pasaron a ser extranjeros, "musius" como algunos les decían, tuvieron que trabajar muy duro, de Lunes a lunes, feriados, de día y de noche, pero esta tierra de gracia al final les dió sus frutos, Venezuela es un país maravilloso donde siempre existió la movilidad social, me explico, una persona puede nacer en un hogar humilde, de pocos recursos, ser hijo de obreros, pero con estudios y esfuerzo ese hijo del obrero puede ser médico, ingeniero, dueño de una empresa y hasta presidente. La siguiente generación de inmigrantes españoles, portugueses e italianos, vio cumplirse su sueño, el de superar el nivel educativo y laboral de sus padres.

Cada nación pasa sus épocas buenas y malas, es difícil conseguir un destino donde nunca haya guerras, crisis económicas, sequías, inundaciones, terremotos y alguna calamidad que desafortunadamente afecte a su sociedad. Venezuela no ha escapado de eso, ya sea por presiones internacionales que desean apropiarse de sus recursos, por mala administración, por corrupción, por alguna de tantas razones que tu que me lees puedes tener, aquí en estos momentos vivimos momentos difíciles.
Hablando de migrantes e inmigrantes, muchos quizás un gran número de descendientes europeos, se han ido de regreso a las tierras de sus padres, con ellos sus primos, esposos, esposas, hijos, hermanos y hasta algunos amigos de ellos, lo cierto es que tenemos ahora el fenómeno contrario, algo jamás vivido en nuestro país, una migración o éxodo de venezolanos hacia diferentes destinos, USA, Europa, Asia, Australia, Canadá y otros países latinoamericanos.

El migrante venezolano sale en estos momentos por casi las mismas razones que llevaron a mis padres a venirse de España, por cierto, yo me he quedado sólo, sobrinos, primos y demás muchachos de esa generación que me sigue ya se han ido, hasta mi hermana, vaya locura, pero ¿locos ellos o loco yo?, quien sabe. Da mucho dolor, estamos en un país que se queda sin juventud, sin médicos, sin ingenieros, sin maestros, sin técnicos, incluso, sin mano de obra, hay muchachos que se van sin saber hacer nada, pero buscando paz y oportunidades.

De las tensiones políticas, la polaridad, las guerras intestinas por el poder, la corrupción y la falta de amor por la patria, sólo nos esta quedando un país sin generación de relevo, casas solas, apartamentos vacíos, urbanizaciones oscuras en las noches, sólo eso nos esta quedando, familias divididas, en mi caso regada por el mundo en diferentes países, muchachos que estaban llenos de sueños, trabajando en cosas increíbles para ellos años atrás, un abogado de vigilante de edificio, una maestra de cajera de tienda, una ingeniera de vendedora de perfumes.

Llegar a otro país no es fácil, no hay amigos, no hay familiares, el título académico muchas veces no vale nada allá, te llaman extranjero, así como consigues gente que te tiende una mano y ayuda, hay muchos que se aprovechan, te explotan trabajando, se burlan y te sacan en cara que llegasteis a molestarles en su país, lástima, aquí en Venezuela siempre los recibimos con los brazos abiertos.

El piso de maiquetia, es testigo diario de lágrimas y despedidas, separaciones, adiós sin saber hasta cuando, da mucho dolor ver como nos quedamos sin jóvenes, sin generación de relevo, ellos como los llaman en el norte "los dreamers", buscan un espacio geográfico donde haya paz, tranquilidad, trabajo y sobretodo justicia, no sirve de nada tener un título académico si los puestos de trabajo se los dan al compadre, al primo, a la barragana, al socio o a quien lo compra, nuestros jóvenes viajan buscando un trató mejor y más oportunidades.
Quizás alguien quien me lea a estas alturas estará juzgándose, pero piense usted que la vida es muy corta, hay gente que vive 20 años, otros viven 50 y quizás algunos lleguen a los 80 años, eso no se sabe, sólo Dios sabe en que momento nos llama, así que si nos quedan 5 años de vida, ¿porque vivirlos con miedo, hambre y rabia?, después de todo ¡los que más han robado dinero son los que viven en el exterior!.
Le deseo el mayor de los éxitos a esos jóvenes que se van, Dios los guíe y logren sus metas, aquí los hecharemos de menos siempre.


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