Saludos y bienvenidos nuevamente a mi blog,
donde estaré publicando semanalmente si el tiempo me lo permite. Esta semana
que está terminando de pasar ha sido ajetreada, mi canal en YouTube
continúa avanzando, acumulando seguidores y abriéndose paso en dicha red social,
diría que va bien. En esto de las redes sociales y mi presencia como escritor,
todo ha sido un continuo aprendizaje y de eso se ha tratado esta segunda etapa
en mi vida, pues como muchos ya saben fui Oficial de la Armada en mi país,
marino de profesión, algo que comencé a mis quince años y que se extendió por
treinta y siete, hasta pasar a retiro.
Yo diría que es una de las profesiones más
ingratas, primero te exige muchísimo, es de dedicación exclusiva, las 24 horas
del día, los 365 días del año y luego, cuando estás en lo mejor de la carrera,
llega el momento en que por ley te pasan a retiro, asunto que no sucede con un
ingeniero, médico, pintor, cantante, abogado o cualquier otro profesional,
simplemente ellos ejercen hasta que “el cuerpo aguante” y estén lúcidos
mentalmente.
Esta semana que ha pasado mi video en YouTube ha sido sobre cómo crear el
hábito de la lectura en adultos y niños, algo que tenía pendiente y que muchos
de ustedes me han preguntado.
Para la próxima semana tengo pensado un video
sobre otro de esos temas que muchos me preguntan: ¿Cómo te reinventaste para
hacerte escritor, de dónde surgió eso?
¿Saben?, la vida es una continua reinvención, a
mi me gusta mucho una frase de Bruce Lee que dice: “debes ser como el agua y
fluir para adaptarte a todas las circunstancias”. Pues en eso de fluir un día
decidí cambiar mi vida, un poco empujado por la “Ley de carrera” que me hizo
pasar a retiro y luego por la necesidad de “hacer algo”, no quedarme estático
en un sillón de mi hogar, viendo pasar los días y esperando un “no sé que”. Son
muchos los antiguos compañeros de trabajo que me consigo en estas
circunstancias, también otros conocidos que se desempeñaban como profesionales
en empresas que los jubilaron y ahora tratan de buscarle sentido a la nueva
etapa que se les presenta.
El próximo video para mi canal estará enfocado
en la reinvención personal, hablaré sobre qué hacer para reorientar nuestras
vidas cuando el universo o al menos la sociedad pretende vernos jubilados,
retirados y sumidos en la letanía de un sillón. Como todo cambia y los tiempos
actuales son la mejor muestra de ello, no dejen de ver mi próximo video, si
eres joven te servirá a futuro y si ya pasaste los 50 años, debes tomar cartas
en el asunto, así que los espero a todos. No te pierdas el próximo video, allí encontrarás varias claves para reinventarte.
La imagen de portada en este artículo es de Andras Arató, conocido como "el abuelo del meme", se hizo viral a raiz de una serie de fotos en que muestra su sonrisa que parece fingida y eso originó centenas y miles de memes, es ingeniero eléctrico y reside en Hungría.
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publique un nuevo artículo.
Llegar a la llamada tercera edad o la vejez
debe considerarse toda una bendición si tienes en cuenta que has superado
enfermedades, accidentes, catástrofes naturales, cambios sociales y has logrado
alcanzar los años dorados de tu vida, no se trata solamente de llegar sino
saber llegar, en buenas condiciones de salud, rodeados de amigos, familiares,
seres queridos, en un hogar con todas las comodidades y sobre todo con un buen
plan de retiro, después de cierta edad dependiendo el país donde vivas ya no
contratan personas mayores, los puestos y las vacantes de trabajo son para los jóvenes
que cuentan con mayor energía o simplemente se les paga un salario mucho menor
por su falta de experiencia.
En América Latina, llegar a la vejez puede
ser todo un reto, la carencia de planes de pensión, difícil acceso a los
centros de salud, pocas o inexistentes instituciones dedicadas a la atención de
los adultos mayores y el elevado costo de los medicamentos, hacen que todo se
convierta en un calvario, sin contar con los bajos ingresos que reciben
nuestros viejitos con una pensión irrisoria después de toda una vida de
trabajo.
Existen países desarrollados o los llamados
del primer mundo en donde la atención a la población en condiciones de vejez
alcanza niveles de excelencia, reciben pensiones cónsonas con el nivel de vida
que llevan, cuentan con centros de atención médica de primera categoría,
instituciones dedicadas a atenderlos, legislación que protege sus derechos y
medicinas a bajos costos sino gratis.
El país que me vió nacer y donde actualmente
resido, Venezuela, atraviesa una de las peores crisis económicas de su
historia, con una hiperinflación, un mercado dolarizado y salarios de fantasia,
llegar a la tercera edad es toda una calamidad, desde hace unos diez años
comenzó el éxodo venezolano, médicos, ingenieros, maestros, técnicos de todas
las especialidades, albañiles, pintores, electricistas, mecánicos e incluso
artistas han salido del país cual si se tratara de una guerra, con la
particularidad de que aquí aún no ha sonado el primer disparo, solo nos
derrumbamos con un bloqueo comercial que poco a poco nos asfixia más, ya la
moneda de curso legal es algo inexistente, solo en la mente de los patronos y
del gobierno hace presencia, en la vida cotidiana solo se habla de dólares,
hasta en la más humilde bodega llega alguien pidiendo “un dólar de queso blanco
llanero”, toda una paradoja, si pensamos en aquellos valientes que recorrieron
nuestra llanuras para libertar el país de la opresión extrajera en la guerra de
independencia.
Lo cierto es que una considerable masa de
la población a migrado a diferentes destinos, atrás dejaron apartamentos,
casas, negocios, fabricas y locales comerciales vacíos, solo tienes que salir a
circular en carro por cualquier zona entre las 7 y 8 pm, edificios enteros con
las luces apagadas como muestra de que nadie los habita, calles oscuras y una
infinidad de comercios cerrados, todo el que pudo se ha ido del país, solo
dejaron atrás a los viejitos, sus padres y abuelos, quienes no pueden llegar
trabajando en otros país y se convierten en una carga económica difícil de
soportar “no te preocupes papá, yo te mando dinero”, es la promesa que siempre
se escucha en el aeropuerto antes de la partida, la realidad desafortunadamente
termina siendo otra muy distinta.
Desde mi retiro y por necesidad económica
comencé a trabajar en el negocio de uno de mis cuñados, un local de venta de víveres
al detal, llámese abastos, bodega o por el nombre que se desee darle por su
tamaño, atender al público requiere preparación, sobretodo estar apresto a las
diferentes situaciones que sobrevienen, mucho más en las condiciones tan
deplorables de nuestra economía, a diario llegan personas pidiendo “un pedacito
de queso que no cueste más de diez mil bolívares (0,20 dólares)”, cosa que no
debe asombrarnos si tenemos en cuenta que la pensión mejor pagada del país no
supera los 16 dólares y el kilo de queso blanco tipo llanero (es el más
económico), cuesta 2,5 dólares al cambio en bolívares al momento de escribir
estas líneas, un medicamento puede oscilar entre los 2 dólares (un jarabe para
la tos) o cerca de 17 dólares (un antibiótico), hace unos días uno de los simpáticos
viejitos que son clientes en la bodega me dijo “estoy entre la espada y la
pared, mire la lista de medicinas que debo tomar, o las compro y me muero de
hambre o compro comida y me muero de mis afecciones de salud”, yo le pregunte
por sus hijos y familiares obteniendo como respuesta lo que muchos de mis
clientes ya me han dicho “están en otro país, ya nadie se acuerda de este pobre
viejo, ni dinero me mandan”.
Con todo lo anterior yo me pregunto ¿Dónde están
los planes de protección social del estado?, yo se que existen, al menos en
papel, los conozco, se que existen instituciones como el seguro social, planes
y misiones para la tercera edad, en teoría deberíamos estar viviendo en un país
ideal para envejecer, pero en la práctica todo se está volviendo nada, solo
discurso y demagogia, sabemos de la crisis económica, sabemos de la existencia
de un dólar paralelo que nos castiga y destruye, del bloqueo internacional,
pero yo me pregunto ¿si hay dinero para otras cosas, porque no hay para mejorar
las pensiones, los centros asistenciales, la salud pública y sobre todo, el
acceso a medicinas por parte de nuestros viejitos?
Cada día los veo pasar frente al negocio,
algunos están en los huesos de tanto peso o masa corporal que han perdido,
fueron abogados, empresarios, maestros, médicos e ingenieros, ahora se están convirtiendo
en los invisibles de nuestra sociedad, pongamos nuestro grano de arena a favor de
sus derechos, finalmente todos o al menos los que más suerte tengamos
llegaremos a viejos, si se puede llamar suerte a esta realidad tan dura.
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