Cronos |
Saludos
a todos quienes me siguen o leen en mi blog desde distintas partes del planeta.
Esta semana se me hace difícil escribir, digamos que, siendo humanos, por más
duros que intentemos ser, siempre existen situaciones que nos tocan y afectan.
Esta semana mi hija de veintidós años despidió a uno de sus mejores amigos y
yo, casi al día siguiente despedí a uno de los míos, ambos partieron de esta
vida por diferentes causas, para ella es la primera vez que se topa con tal
cruda realidad y para mí no es la primera, seguramente no será la última y lo
estoy viviendo a mis casi sesenta años. Lo cierto es que afecta de la misma
forma, seas joven, adulto, hayas pasado por eso una sola vez o muchas, la
muerte es algo que negamos y rechazamos, sin embargo, es una parte de la vida,
tal como el mismo acto de nacer, digamos que son los dos únicos hitos que con
toda seguridad se presentan.
No
pude evitar recordar la trama en una de mis novelas “El último expreso”, un viaje
en ferrocarril donde los personajes se encuentran, se conocen y algunos
continúan viéndose después del trayecto. La vida es como un viaje en tren, nos
subimos con un destino y en un vagón, allí hay determinadas personas que nos
acompañan temporalmente, algunos por todo el recorrido y otros por una parte
del trayecto, el tren se va deteniendo en diferentes estaciones, en ellas hay quienes
suben y otros bajan, claro, no da tiempo a crear vínculos ni generar nostalgia,
en la vida el trayecto es mucho más largo y esto hace que se generen lazos
afectivos. A pesar de que todos estamos conscientes de la temporalidad en este
viaje, no podemos evitar sentir nostalgia por los que se van.
Pensé
decir muchas cosas en este artículo, les confieso que escribiéndolo, borré dos
veces lo que había redactado, vivo en un país que no se parece en nada al lugar
donde nací, crecí y desarrollé mi vida, es difícil no dejarse llevar por la
impotencia que se siente ante lo que ocurre, varios de mis amigos, conocidos,
antiguos compañeros de trabajo y vecinos han sido derrotados, vencidos por un
país que se esta comiendo a su propia gente, tal como Cronos
se comió a sus hijos. Me pongo a pensar de qué sirven la política, el idealismo
y tantas cosas que hoy me parecen absurdas, hay que convertir en cenizas una
nación por defender una idea, una cuota de poder, dinero o negocios. Yo me
pregunto: ¿Alguien se ha llevado para el más allá su dinero, el carro, la casa,
los relojes o cualquier otra cosa?
En
Venezuela vivimos dentro de un estanque de tiburones, nos estamos comiendo
entre nosotros, hay quienes salen a las calles todos los días a ver de donde
sacan dinero, sea de la forma que sea, sufriendo quienes tratan de sobrevivir
de manera honesta y sin afectar a los demás. Esa es la terrible realidad, de
allí parten la migración de millones de venezolanos, la quiebra de muchas
empresas, negocios y la gran frustración existente. Hago todos estos
comentarios debido a que el peor de todos los enemigos crece con esta crisis y
cada día cobra más víctimas: la depresión. ¿Cuántas personas sufren de
depresión en Venezuela?, ¿Cuáles son sus causas?, ¿Quién se ha tomado un tiempo
para realizar dicho estudio?, ¿Se hace algo por solucionar el problema?:
parecen preguntas lanzadas al vacío. En la ciudad de Mérida tuvieron que poner
policías de guardia en el viaducto para evitar que la gente se lance al vacío, para
las autoridades fue más sencillo eso que atacar los orígenes del problema.
Ya
para finalizar, ruego a Dios por un cambio en las condiciones que se vive en Venezuela,
como decía un antiguo jefe mío, “buenas intenciones no preñan”, no es
suficiente con hacer actos mensuales prometiendo miles de cosas que no se
cumplen y nunca se materializan, las palabras no logran nada, se requiere
acción para lograr cambios tangibles, en muchas instituciones hay afiches con
una frase de Albert Einstein que reza algo así como: “No podemos lograr
resultados distintos haciendo siempre las mismas cosas”. Si no cambiamos,
llegará el día en que el último tiburón del estanque se muera de hambre por
haberse comido al resto o sencillamente, se mudará para otro estanque. Los
políticos nunca irán a trabajar en el campo, ni a las fábricas ni van a
producir nada, el día que el país de su último suspiro, se mudarán a otros, tal
como ya algunos lo vienen haciendo.
Si
me lees desde Venezuela y en algún momento sientes que la tristeza se apodera
de ti, díselo a tus seres queridos, amigos y familiares, si ellos no le dan
importancia o el apoyo que te brindan no te ayuda a salir de la situación,
busca ayuda profesional, hay varias líneas activas de psicólogos que están dispuestos
a atenderte, búscalos en las redes sociales o la web, no te quedes encerrado
con el problema.
Para
evitar la depresión, puedes:
Practicar
ejercicio regularmente
Tener
una dieta saludable
Evitar
el consumo de alcohol y drogas
Practicar
técnicas de relajación
Mejorar
tus relaciones interpersonales
Identificar
y manejar tus emociones
Pensar
y actuar de manera positiva
Dormir
lo suficiente
Establecer
rutinas y objetivos
También
puedes:
Hacer
cosas que te gusten
Pasar
tiempo en la naturaleza
Cultivar
tu sentido del humor
Practicar
actividades que te hagan sentir bien
Comunicarte
con tus emociones
Buscar
apoyo en familiares y amigos
Gracias por visitar y leer mi blog, espero que el presente artículo haya sido de tu agrado y de ser así que lo compartas entre tus allegados.
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