sábado, 21 de octubre de 2023

Un mensaje por la paz mundial.

 


En esta ocasión me voy a salir de los temas literarios y las noticias sobre mi trabajo como escritor o editor, pienso que vivimos un momento muy crítico a nivel mundial, estamos al borde de una tercera guerra mundial, así que voy a dejarles una serie de reflexiones muy personales, ustedes analícenlas, tomen lo que les sirva y abran sus corazones.

 

Escribiendo estas líneas me encuentro a pocas horas de leer en la red social X, antigua twitter, que un destructor de la marina de los Estados Unidos de Norteamérica ha lanzado sus primeros misiles en el escenario o teatro de operaciones del conflicto entre Israel y Palestina. Formalmente USA acaba de entrar en guerra con esta participación activa y debe preocuparnos mucho el asunto.

 

Ya veníamos arrastrando un dictador violento como el de Korea del Norte haciendo pruebas de misiles, la guerra entre Rusia y Ucrania y una serie de conflictos o tensiones entre otros países que ya estaban afectando la estabilidad y la paz mundial. Este nuevo conflicto, por sus características y la posición inflexible de sus actores tiene la tendencia de arropar a otras naciones.

 

No deseo entrar en discusiones políticas, religiosas y territoriales, en esos puntos hay millones de personas capaces de rasgarse las vestiduras o cortarse las venas con tal de imponer lo que para ellos es la “VERDAD”, pero ¿cuál verdad?, yo pienso en lo siguiente:

-Este es el único planeta donde hasta ahora podemos habitar.

-Nuestra vida es efímera, finita: todos vamos a morir algún día.

-Nadie sabe si hay vida en el más allá o si en verdad existe.

-Hay un solo Dios, sin importar tu religión, un solo creador del universo.

-Nadie se puede llevar dinero o bienes materiales cuando se muere.

-Tenemos que compartir los recursos en el planeta.

-Todo pasa y todo termina algún día.

-Todos los niños en el planeta son inocentes.

-Somos dueños de nuestros actos y también responsables.

 

Con todas esas premisas que he mencionado, puedo inferir que no tenemos otra opción que apostar por la paz, la tolerancia y aprender a vivir todos juntos con nuestras diferencias de pensamientos, nuestra vida es un suspiro delante de miles de años de historia humana, sin embargo, pequeñas decisiones y acciones pueden impactar en generaciones futuras, positiva o negativamente. Ningún político va a la guerra ni se ve en el frente de batalla, solo los vemos en las mesas de negociaciones protegiendo sus intereses económicos, es absurdo dar la vida para que otro acumule poder y riquezas.

 

Políticos, tiranos, dictadores, médicos, ingenieros, diplomáticos, militares, artistas, premios nobel y cualquiera que se les ocurra mencionar, todos van hacia el mismo destino, morirán, se irán de esta vida y dejarán tras ellos lo bueno o lo malo de su paso terrenal, ¿Quiénes son las verdaderas víctimas?, los niños, pequeños ángeles inocentes que han tenido la dicha o la desdicha de nacer en tan difíciles circunstancias, ellos no han decidido hacer la guerra, sufren las consecuencias de nuestras decisiones. Si en un pequeño espacio ubicamos niños de seis años, de diferentes nacionalidades, razas, etnias o religiones, en pocos minutos estarán jugando y riendo entre ellos, somos nosotros los que sembramos los valores negativos y convertimos el planeta en un lugar difícil de habitar.

 

Hemos visto en las noticias mundiales decenas o centenas de marchas, a favor de Rusia, Ucrania, Palestina o Israel, no hay nada más farsante que esos actos, nadie puede decir que es activista por la paz colocándose a favor de uno de los bandos, la verdadera consigna debe ser NO A LA GUERRA y se debe condenar la violencia que genera cualquiera de los bandos en conflicto. ¿Por qué acabar con una ciudad para anular o eliminar la amenaza de violencia de una docena de personas?, al final el tema no es religioso ni político o cultural, es ECONÓMICO.

 

Me despido de ustedes y les dejo esas reflexiones, observemos las noticias con objetividad y preguntándonos si lo que sucede será beneficioso para nuestros hijos o esos millones de niños que hoy viven en territorios hostiles.

 

Apostemos siempre por la paz la armonía y sobre todo el AMOR, la verdadera fuerza que debemos impulsar en cada una de nuestras acciones diarias.

¿Tú qué opinas?
 

 

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